24
para un día, 60
para una hora, ¿por qué no 10?
(1)
El
tiempo se va, se va el tiempo
señora mía
¡ Ay ! El tiempo no,
somos nosotros los que nos vamos...
Pierre
de Ronsard (1524-1585) |
En
francés aquí, es más completo.
Unidades
naturales de tiempo
El
sol
A
medida que la Tierra gira sobre ella misma el sol parece levantarse,
subir, volver a bajar, luego acostarse y desaparecer. El día y
la noche, sucediéndose muy regularmente, regulan numerosas vidas
en nuestro planeta. La Tierra es pues el reloj natural fundamental
de la humanidad y de modo muy lógico el hombre ha utilizado el
día como unidad de medida del tiempo desde hace miles de años.
Pero la Tierra gira alrededor del sol, ligeramente inclinada sobre
su eje. Así se producen las estaciones ligadas a las variaciones
en este recorrido. Al cabo de un año ha dado una vuelta completa
y el ciclo de las estaciones se ha repartido. El año solar constituye
pues una unidad más importante.
La
luna, astro para medir el tiempo
Más
fácil de observar que un año solar, el intervalo de tiempo que
separa dos fases idénticas de la luna, llamado "mes lunar", ha
influenciado mucho a algunas civilizaciones. Desde que los hombres
comenzaron a contar han medido el tiempo en lunaciones, duración
de tiempo intermedio entre el día y el año. Si en español las
palabras mes y luna no tienen aparentemente nada
en común, en cambio en inglés están muy próximas: "mes"
se dice month y "luna" se dice moon ,
así mismo en alemán se dicen Monat y Mond.
Los etimologistas estiman que el verbo medir (así como
mensuración y mensurar ) proviene de la misma raíz
indoeuropea, me el origen de la palabra mes.
Este ballet incesante del Sol, de la Tierra y de la Luna desde
siempre ha sido medida del tiempo, tarea de los astrónomos.
Los
instrumentos
El
reloj de sol
A medida que el sol sube las sombras se acortan y se comprimen
proporcionando un medio muy sencillo para medir el tiempo
que pasa. Un simple bastón (el gnomon) se convierte en
un reloj solar (en griego, el gnomon es "el que sabe,
quien discierne y sirve de medida"). Para hacer un reloj
de sol basta con marcar en el suelo unas divisiones correspondientes
a los diferentes momentos del día. El arte de fabricar
relojes de sol es la gnomónica.
Los relojes de sol ya eran utilizados por los Babilonios.
En Francia uno de los más célebres es el de la
catedral de Chartres, proveniente de la Edad Media.
¡ Desgraciadamente en el interior de los edificios, por
la noche y cuando llueve el reloj de sol no es de ninguna
utilidad ! |
|
Las clepsidras
Las
clepsidras eran de origen egipcio (alrededor de 3000 años antes
de nuestra era).
Servían casi exclusivamente para medir el tiempo por la noche.
Son relojes de agua. El flujo regular del agua permitía medir
el tiempo: la cantidad de agua que ha fluido es proporcional al
tiempo transcurrido. De ahí viene la expresión "flujo del tiempo".
El principio es simple: un recipiente graduado, lleno de agua,
era agujereado con un orificio en la base. El nivel del agua bajando
regularmente indicaba el tiempo transcurrido en las graduaciones
determinadas con anterioridad. Por otro lado también se había
graduado el recipiente que recogía el agua evacuada.
Desde Egipto, las clepsidras se expandieron a Grecia, después
a los Romanos y luego a todo Occidente hasta la Revolución francesa..
Más reciente que la clepsidra, el reloj de arena está basado en
el mismo principio, con arena en lugar de agua. Antiguamente era
de un tamaño bastante grande y servía para limitar el tiempo de
palabra de los oradores. Se utiliza hoy para medir por ejemplo
los tres minutos necesarios para cocer un huevo.
Los
relojes
Los
instrumentos precedentes carecían de precisión y de autonomía.
Parece ser que fue Gerberto
de Aurillac
quien inventó el primer reloj mecánico con un peso, hacia el año
996. Hacia 1658, Huyghens realizó el primer verdadero reloj de
péndulo (como los relojes normandos). Menos voluminosos, los "relojes"
han sido puestos a punto desde el siglo XVI por Huyghens. El peso
motor está aquí reemplazado por un resorte. Luego vinieron los
relojes de pared y los relojes de pulsera eléctricos de pila (
reloj de pared eléctrico 1840, reloj eléctrico 1952), después
los relojes de cuarzo electrónicos (relojes de pared en 1933,
relojes analógicos en 1968, luego relojes digitales en 1970).
Para una estupefaciente precisión el reloj atómico de cesio 133
en 1976 permitió establecer el segundo atómico..
.
Un
día, una hora, una semana...
Muy
pronto el día estuvo organizado en diferentes periodos. Con los
Babilonios (hace de 4000 a 5000 años) el día estaba dividido en
6 periodos o vigilias: tres desde la salida del sol hasta su puesta
y otras tres desde la puesta hasta la salida
(6 est un "número perfecto",
pues la suma de sus divisores es igual a su doble: 12 = 1 + 2
+ 3 + 6). Bien entendido que según las estaciones estos seis periodos
no tenían la misma duración. Luego se afinó estos periodos acortándolos:
se pasó a seis vigilias de día y seis de noche. Esto hacía 12
periodos todavía de longitudes desiguales según las estaciones.
El antiguo Egipto adoptó igualmente este sistema.
Sin embargo los astrónomos de entonces estaban preocupados por
una mayor exactitud en sus cálculos previsorios y todavía dividieron
por dos las unidades de tiempo. Así fue como nuestros días fueron
cortados en 24 unidades de tiempo.
La noción de hora
(viene del latín hora)
existe desde hace miles de años, pero no se correspondía con la
noción actual: con los griegos se correspondía con toda división
del tiempo anual, en estaciones, luego horaria...
La noción de semana (septimana: grupo de 7 días)
es hoy usada en casi todas las naciones civilizadas. Su duración
de 7 días parece emparentarse con las fases de la Luna (7 días
para pasar de la luna nueva a su primer cuarto...). Quizá tiene
también su origen en los siete planetas que los Babilonios creían
conocer : Saturno, Júpiter, Marte, el Sol, Venus, Mercurio, la
Luna. Después se eliminó la Luna (satélite de la Tierra) y el
Sol (estrella), pero ahora conocemos Urano, Neptuno y Plutón.
Su empleo no era universal en todos los pueblos antiguos. Los
Egipcios, los Chinos y los Griegos contaron primeramente por decenas.
Los Hebreos fueron los primeros en utilizarlo. En los Babilonios
el número 7 era considerado como nefasto, de donde el origen del
descanso hebdomadario. La semana penetró tardíamente en Grecia
y en los Alejandrinos. Su empleo en Occidente data solamente del
siglo III de nuestra era: los calendarios anteriores no hacen
mención de ello.
En el terreno de lo divino y de la creación del mundo en 6 días
seguido de un descanso, el séptimo..., observemos solamente que
los musulmanes descansan el viernes, los israelitas el sábado
y los cristianos el domingo.
Notas:
Lunes
viene de Lunae dies, día de la Luna ;
Martes viene
de Martis dies, día de Marte ;
Miércoles,
día de Mercurio ;
Jueves,
es Jovi dies, día de Jupiter ;
Viernes,
es Veneris dies, día
de Vénus ;
Sábado, es
Sabbati dies, día del Sabbat o en inglés Saturday, día
de Saturno ;
Domingo,
es Dominica dies, día del Señor que sustituye al Sol por
los cristianos, pero en inglés y en alemán encontramos Sunday
y Sonntag: día del Sol.
¿Por
qué no 10?
¿Por
qué haber dividido un día entero por 6 desde el comienzo y no
por 10? Porque el sistema nos viene justamente de los Babilonios.
Ese sistema nos ha sido transmitido por los Griegos y los Romanos.
Los astrónomos de Babilonia no utilizaban nuestro sistema decimal,
contaban en un sistema de numeración posicional en base 60: contaban
de 60 en 60 (60 es muy cómodo pues admite muchos divisores).
El año cíclico correspondía a un círculo de 360° (360 días)
y este círculo estaba dividido en seis partes de 60°: siempre
de 60 en 60.
El círculo también ha figurado como un día entero, puesto que
éste correspondía a un "ciclo" del sol. Y también ha sido
dividido en seis: tres secciones por el día y tres secciones por
la noche como hemos visto antes. Estas secciones han sido divididas
varias veces por dos para obtener una mayor precisión con la partición
en 24 horas.
De la misma forma, una hora ha sido dividida en 60 minutos. Observemos
que la denominación es la misma para los ángulos: 1 grado está
constituido por 60 minutos, así un ángulo de 1,5° corresponde
a 1° más la mitad de 60°, esto es a 1° y 30 minutos.
Minuto
viene del latín minuta
que significa menudo (pequeño).
Una
hora de 60 minutos
De la misma forma,
una hora ha sido dividida en 60 minutos. Observemos que la denominación
es la misma para los ángulos: 1 grado está constituido por 60
minutos, así un ángulo de 1,5° corresponde a 1° más la mitad de
60°, esto es a 1° y 30 minutos. Sin embargo cada vez tuvimos
la necesidad de una mayor precisión, sobre todo a lo largo del
siglo XX, y el minuto se ha visto también dividido en 60 partes
llamadas segundos (por una segunda división de la hora). Ha sido
dividido todavía más, pero esta vez se ha utilizado el sistema
decimal. Se habla entonces de décimas de segundo, de centésimas
de segundo y de milésimas de segundo. Con los grandes ordenadores,
se va mucho más lejos al utilizar millonésimas de segundo (nanosegundo)
y continúa..., puesto que se puede medir la duración de ciertas
operaciones de nuestro cerebro. Desde 1967, el segundo atómico
ha sido definido en función de una duración de radiación atómica.
El
sistema babilonio
Algunos textos
babilonios nos han permitido conocer las matemáticas de Babilonia.
Las tablillas mejor conservadas son las que han sido cocidas en incendios.
|
Escritura de 40 x 60
+1 = 492
, o sea 2401 = 492 |
Tablilla cuneiforme proveniente
de Larsa |
Esta escritura es cuneiforme
(caracteres en forma de cuña, marcados en arcilla por
un punzón). Son ideogramas: grupos de cuñas que representan
palabras. Los números están escritos en un sistema de
numeración de posición sexagesimal: el lugar que ocupan
las cifras es fundamental en la escritura de los números,
como en nuestro sistema actual. Este sistema dispone de
dos cifras: una barra vertical representa la unidad y
otra en forma de ángulo para el signo 10. No hay coma
para indicar las unidades. Era el contexto el que indicaba
el orden de magnitud del número escrito. |
|
Los textos, a menudo, eran tablillas
de contabilidad que se usaban en los templos y en los palacios,
y que se remontan hasta 4000 o 3000 años antes de nuestra era.
Los últimos disponían de las 4 operaciones y de otras más sofisticadas.
Cuando uno ha efectuado operaciones sobre las horas y los minutos,
uno se imagina las dificultades para calcular en la época de los
Babilonios. Habían mecanizado el cálculo y disponían de tablillas
y de cilindros, donde estaban inscritas tablas con resultados
preparados y calculados. Para la división por ejemplo, tenían
tablas de inversos: así, para dividir por 12 se multiplicaba por
1/12, inverso de 12. También tenían otras tablas a su disposición:
la de los cuadrados, de los cubos y también tablas de exponentes
que permitían encontrar el exponente que partiendo de 2 da 8,
esto es 23
= 8.
Los escribas también tenían para resolver sus problemas toda una
serie de cilindros con los resultados útiles.
Algunas de estas tablas permitían obtener resultados geométricos
en función de parámetros: áreas de figuras, volúmenes para realizaciones
técnicas... Resolvían numerosos problemas: financieros, comerciales,
reparticiones agrarias, planificaciones de canteras, problemas
de fabricación...
Los Babilonios resolvían también problemas abstractos propuestos
de manera enigmática, para lo que se necesitaba ser un gran virtuoso
(ecuaciones con desconocida).
El escriba babilonio combina las numerosas propiedades que conoce.
No las hace explícitas. Los procedimientos utilizados no están
justificados. No hay demostraciones, ni teoremas, ni teoría. A
sus alumnos, les da el camino a seguir mediante numerosos ejemplos
del mismo tipo, por repeticiones, paradigmas sobre valores diferentes
y todo esto siempre sin justificación alguna (el verdadero razonamiento
matemático aparecerá hacia el siglo VI antes de nuestra era con
los Griegos).
Una parte lúdica: se complicaba la tarea por el placer de discutir
y de comprender entre los iniciados..., pues seguramente los escribas
formaban una casta en la administración del estado: se seleccionaba
de este modo a los mejores de entre los alumnos.
Un
intento de 10
En
la Revolución Francesa fue creado un calendario republicano por
la Convención (decreto del año 14 del mes La Vendimia II, el 5
de octubre 1793) que decidió que el calendario gregoriano fuese
reemplazado retroactivamente por el calendario republicano a partir
del 22 de septiembre de 1792.
Contrariamente a lo que pasó para el sistema métrico,
donde Francia quiso hacer una obra universal evitando toda referencia
nacionalista, el calendario republicano unía las particularidades
nacionales, agrícolas y otras. La semana ya no era de 7 días.
Fue reemplazada por una de 10 días. En el Estado revolucionario,
deseando impulsar más la numeración decimal del tiempo, hicieron
el día de 10 horas, la hora de 100 minutos y el minuto de 100
segundos. El año republicano comprendía 12 meses (llamados La
Vendimia, Brumario, Frimario, Nivoso, Pluvioso, Ventoso, Germinal,
Floreal, Pradial, Mesidor,Termidor y Fructidor) de 30 días cada
uno, más 5 días feriados (fiestas ideológicas), colocados después
del mes de Fructidor (que significa "el que da frutos"
y que comenzaba el 18 o 19 de agosto). Estos días complementarios
no son de ningún mes. Si el año es bisiesto, se añade un 6º
día feriado: el día de la Revolución.
Este calendario fue teóricamente válido a partir del 22 de septiembre
de 1792. Duró oficialmente hasta el 31 de diciembre de 1805 y
luego fue retomado por la Comuna del 6 al 23 de mayo de 1871.
El calendario conoció numerosos obstáculos: no era universal y...
¡los días festivos eran sólo tres, cada diez días en lugar de
cada siete!
¿Otro
tiempo?
Desde hace miles
de años el hombre ha utilizado el día como unidad de tiempo. La
alternancia del día y de la noche mandan en nuestro reloj interno.
¿Que pasaría en otro planeta?. El día está ligado a la rotación
del planeta sobre sí mismo y el año a la rotación del planeta
alrededor del Sol.
Sobre Mercurio, por ejemplo, el día sería de 176 días terrestres
(desde una salida de sol hsta la siguiente) y el año sería de
88 días terrestres. Tendríamos un día dos veces más largo que
un año, de qué preocuparse, ¿verdad?.
(1)
Le matin des mathématiciens
Entretenimientos presentados por EMILE NOËL ediciones
Belin Para la Ciencia
Historia universal de las cifras GEORGES IFRAH editorial
Espasa Calpe
Le calendrier PAUL COUDERC éditions Que sais-je
?
La saga des calendriers JEAN LEFORT Bibliothèque
Pour la Science
Le secret des nombres ANDRE JOUETTE éditions Albin
Michel
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